La mayoría de las empresas ya son plenamente conscientes de la importancia que las redes sociales han adquirido, y por tanto, tratan de no dejarlas de lado en sus estrategias de comunicación.
Teniendo en cuenta que cada red social es diferente, una de las decisiones que las empresas han de tomar en primer lugar es en cuáles de ellas van a tener mayor presencia o van a realizar un mayor esfuerzo.
Esta decisión debe basarse en qué objetivos se persiguen: ¿Contactos? ¿Imagen? ¿Ventas?. Una vez definidos, es mucho más sencillo planificar qué tipo de acciones desarrollar.
Cada red social ofrece distintos resultados dependiendo de estos factores. LinkedIn, por ejemplo, no es la red social más apropiada para construir una comunidad a la que vender nuestros productos, pero por el contrario, puede proporcionar valiosísimos contactos que abran la puerta de nuevos mercados. Es decir, el objetivo final – la venta- puede lograrse de distintos modos, y por lo tanto, habrá que establecer cuál es la estrategia más adecuada para cada red social.
Facebook y Twitter son, por su parte, dos vías excelentes de contacto con el público. Permiten una interacción cercana y natural que ayuda a hacer sentir la marca como algo próximo que genera confianza, y a la vez son una vía de comunicación directa que permite recoger feedback sobre aquello que la empresa comercializa. Esta información puede ser fundamental para adaptarse a lo que el mercado demanda, y debe ser valorada, por tanto, en su justa medida.
No hay que dejar de lado la importancia de YouTube, ya que se trata de un escaparate muy poderoso y una enorme fuente de tráfico. Aquella empresa que apueste por un canal de Youtube en el que ofrezca contenidos de calidad e interesantes para resolver los problemas de su target, puede tener confianza en que a medio plazo recogerá sus frutos. La fuerza del mensaje audiovisual está más vigente que nunca, y el videomarketing es una tendencia en franco crecimiento.
¿Redes sociales para la empresa? Rotundamente sí, pero definiendo previamente los objetivos y estrategias. Hacerlo de otro modo puede llevar incluso a obtener resultados contraproducentes.
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